Llega la noche, es nuestra cena de empresa y aprovecho para
ponerme un modelito nuevo con taconazo y medias negras. Cenamos en un bonito
restaurante del centro cerca de mi piso así que espero hasta el último momento para arreglarme. Pablo y Eric, los macizos super amigos
que me hacen ojitos todos los días en el curro también van a venir, la noche
promete.
Llego al restaurante y comienzo a saludarlos a todos. Y
reviso si mis dos objetivos han llegado ya. La respuesta es afirmativa, mi
mirada se cruza con la de Pablo, el cual seguidamente me mira y se dirige hasta
donde me encuentro:
+ Estás impresionante esta noche ''compi'' - me dice giñándome un ojo -.
# Gracias ''compi'', tú tampoco estás nada mal.
De pronto me doy cuenta de que Eric no me quita el ojo de
encima y nuestras miradas se interponen. Se acerca hasta mí y me da dos besos
mientras me coge de la cintura y me susurra al oído:
- Wow, me encantas.
No puedo evitar sonrojarme y que mi intimidad comience a humedecerse.
Nos sentamos juntos en la mesa y tras pasar un par de
botellas de vino, algunas conversaciones subidas de tono, el conocimiento de
que queda muy poco tiempo para que la cena cese y algún que otro roce por mi
pierna por parte de ambos, decido actuar.
Los dos me miran y al hacerlo se dan cuenta de que, sí,
efectivamente, los estoy tocando a los dos. Intentan contener la respiración y
cuando acaba la cena nos vamos a la pista de baile. Estamos muy calientes, las copas y el ambiente de la discoteca hacen que salten chispas entre nosotros. El deseo es incontrolable.
Termino mi copa y los cojo de las manos hasta la puerta de salida. Me entienden a la perfección y sin apenas mediar palabra siguen mis pasos.
Llegamos rápidamente a mi piso, logramos alcanzar la
habitación entre golpes contra las paredes y todo lo que se interpone en nuestro camino y
Pablo me levanta la camiseta y empieza a succionar y masajear cada uno de mis
pechos. Mientras, Eric no para de besarme todo el cuerpo yo les busco el miembro
y comienzo a mover mis muñecas a compás. Sus bocas no pueden contenerse ante tal sensación.
Cuatro manos me masajean el cuerpo, consiguen quitarme el
fino tanga de encaje que visto y reparten equitativamente el trabajo, Pablo
introduce sus dedos en mi interior mientras Eric me masajea hábilmente el
clítoris. No puedo evitar arquearme para recibirlos, mi cuerpo se mueve
instintivamente.
Pablo se desplaza hasta el filo de la cama para introducirme
el miembro en la boca, le hago una señal con la mirada para que pare y entiende
que ha llegado mi turno. Me levanto, bajo al suelo y comienzo mi hazaña.
Eric aprovecha para seguir haciéndome un dedo mientras mi
lengua humedece en cada movimiento cada uno de los centímetros de esa
fantástica verga.
No pasa mucho tiempo cuando Eric me coge en volandas por las
nalgas y poniéndose mi coño a la altura de la boca comienza a comérmelo,
seguidamente, me tira a la cama y me embiste sin compasión. Yo intento seguir
chupándosela a Pablo, lo cual es complicado entre el placer y la postura que
acabamos de tomar.
Aprovecho la postura para hacer presa de mis labios a su
escroto mientras consigo hacerle gemir de placer con mis manos que no cesan en
su movimiento.
Pablo no puede aguantar más el ansia de colmarme, así que le
hace una señal a Eric y éstos cambian posiciones.
Pero… oh… no me está penetrando por el mismo sitio que Eric,
¿que está haciendo?... ¿Anal? Oh dios mío, no puedo aguantar tal placer –
pienso -.
Me dan la vuelta entre los dos y las embestidas de Pablo se
vuelven más profundas; Eric me coge la cabeza y me obliga a chupársela mientras
mil nuevas sensaciones me recorren cada uno de los poros.
Mi cuerpo al fin acoge el miembro de Pablo y éste aprovecha
para aumentar el ritmo, no puedo evitar mirar con cara de compasión a Eric, el
cual mira a Pablo y éste automaticamente cambia su miembro hasta mi coño.
¿Cómo pueden entenderse con tan solo una mirada? - pienso -.
Sus ojos se vuelven
ardientes y esboza una sonrisa mientras disfruta del momento.
Eric se desprende de mi boca y se dirige donde está Pablo.
Siento que ha llegado la hora...
Y así es, Eric me penetra el culo y consiguen colmarme entre
los dos. Siento un auténtico torbellino de emociones y sensaciones. Mi cuerpo supura sexo, y
del duro.
Nuestros cuerpos se funden, somos uno, el movimiento
acompasado coincide al milímetro en los tres. Es espectacular, me siento una
diosa en medio de este par de titanes.
Me siento llena, más que nunca. Noto cada uno de los
movimientos que realizan, mis gemidos aumentan de tono y ellos se vuelven locos
con cada uno de ellos. Me cogen en volandas entre los dos y sus pollas ahondan
aún más en mi interior. Estoy extasiada.
Puedo imaginarme como entran y salen sus vergas a compás de
mis entrañas, es una sensación impresionante, así que cierro los ojos y ahí lo
tengo, sus dos pollas en perfecta sincronía follándome como una auténtica
perra.
Estoy muy cachonda y ésta última imagen en mi cabeza ha
hecho que me moje aún más si cabe. Mi clítoris comienza a convulsionar y creo
que mi corrida está cerca. Me torno muy sensible y cada pliegue hace que me vuelva
completamente loca. Voy a correrme ya… lo sé, lo siento.
Me tiran a 4 patas hasta el sofá y culminan en mi interior.
Yo me corro a la vez que ellos, estoy atónita ante la escena que acaba de
ocurrir.
Me encuentro completamente empapada en semen y apenas puedo recuperar la respiración, estos dos sementales me tienen aún embriagada.
+ ¿Fantasía cumplida compi?
- # Seguro que podéis hacerlo mejor – digo
intentando picarles -.
- ¿Nos desafías? Danos 5 minutos y verás si lo mejoramos.
# Tenéis todo el
tiempo del mundo.
+ ¡Jajaja! - y sus miradas se vuelven de fuego.